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¿Por qué segmentar tu estrategia de adopción de IA?
Zoomers, Bloomers, Gloomers y Doomers
Lanzas una iniciativa de IA. Envías el mismo email a toda tu organización. Das el mismo training. Esperas que todos reaccionen igual. Y luego te sorprendes cuando, seis meses después, un 37% sigue siendo escéptico. El problema no es la resistencia. El problema es tratar a miles de personas como si fueran una sola.
Un estudio reciente de McKinsey, con 3.613 empleados y 238 ejecutivos C‑level, rompe la ilusión de la "organización homogénea". Los empleados no forman una masa indiferenciada. Se agrupan en arquetipos con necesidades muy distintas frente a la IA.
Si no adaptas tu estrategia de adopción a cada uno de ellos, estarás dejando fuera una parte enorme de tu organización.
Cuatro posturas ante la IA
McKinsey identifica patrones claros de comportamiento frente a la IA generativa. No son rasgos de personalidad. Son actitudes frente al cambio tecnológico. Y cada una exige un enfoque distinto.
Zoomers (20%): ya están dentro
(equivalentes a innovators y parte de early adopters)
Los Zoomers ya están usando la IA de forma intensiva. No necesitan permiso para hacerlo. Necesitan visibilidad.
El riesgo con este grupo no es la falta de motivación, sino desperdiciar su energía. Son tus champions naturales: personas que descubren valor antes que nadie y que pueden acelerar la adopción si se les da estructura.
Moderna lo entendió pronto. Brice Challamel, responsable de la transformación de IA, lanzó un Prompt‑a‑thon interno con una pregunta simple: "¿Cómo es esto útil para ti?". Recibieron 180 propuestas de casos de uso reales. Después publicaron un blog interno titulado "Las 180 cosas que aprendimos de vosotros sobre IA".
El formato no solo generó ideas. Identificó a los Zoomers y los convirtió en el motor visible de la adopción.
Qué necesitan: reconocimiento formal, espacios para compartir casos de uso y un camino claro para influir en la estrategia.
Bloomers (39%): optimistas esperando señal
(equivalentes a early majority)
Los Bloomers son el grupo más numeroso. Ven el potencial de la IA y quieren usarla, pero avanzan con cautela.
No se están resistiendo. Están esperando permiso. Necesitan estructura, no evangelización.
McKinsey observó que el 48% de los empleados quiere formación formal en IA, pero solo el 22% recibe un apoyo mínimo por parte de su empresa. En ese hueco es donde los Bloomers se quedan bloqueados: tienen interés, pero no un camino claro.
Qué necesitan: formación estructurada, ejemplos concretos para su rol y una señal explícita por parte del equipo directivo de que experimentar está permitido y respaldado.
Gloomers (37%): escépticos que piden pruebas
(equivalentes a late majority)
Los Gloomers desconfían de la IA. No por rechazo ideológico, sino por incertidumbre.
Un estudio de Pew Research muestra que el 52% de los trabajadores está preocupado por cómo se usará la IA en su trabajo y que un 33% se siente abrumado. Estas preocupaciones, si se ignoran, se convierten en un freno directo para la adopción.
Los Gloomers no necesitan inspiración. Necesitan evidencias claras de que esto funciona, de que es seguro y de que no pone en riesgo su rol.
Harvard Business School lo resume bien: hay que comunicar con claridad si la IA aumentará los roles o los reemplazará y, cuando haya cambios inevitables, acompañarlos con planes de reskilling o transición.
Qué necesitan: datos de impacto reales, casos de éxito internos y claridad sobre qué cambia (y qué no) en su trabajo.
Doomers (4%): rechazo activo
(equivalentes a laggards)
Los Doomers rechazan la IA de forma abierta. Son pocos, pero suelen ser ruidosos.
Aquí está la trampa habitual: intentar convencerlos a toda costa. Moderna hizo algo distinto. Los escuchó.
Challamel lo explica así: cuando alguien se resiste de forma activa, muchas veces es porque le importa el resultado y ve un riesgo que otros están ignorando. Escucharlos saca a la luz problemas reales antes de que escalen.
En muchos casos, cuando esas preocupaciones se incorporan al diseño, estas personas pasan del extremo del rechazo al de mayor implicación.
Qué necesitan: ser escuchados sin juicio, participar en el diseño de políticas de uso seguro y ver que sus preocupaciones se toman en serio.
El error recurrente del liderazgo
El estudio de McKinsey detecta un patrón preocupante: los equipos directivos creen que el uso de IA es mucho menor de lo que realmente es. Concretamente, lo estiman tres veces por debajo de la realidad.
Mientras tanto, el 47% de los trabajadores espera que más del 30% de su trabajo cambie por la IA en el próximo año.
Existe una brecha clara entre lo que el C‑suite cree que está ocurriendo y lo que sucede en el día a día. Y, cuando la adopción no avanza, los ejecutivos son 2,4 veces más propensos a culpar a los empleados que a cuestionar su propia estrategia.
El cuello de botella no es la resistencia. Es la falta de una estrategia de adopción bien segmentada.
Cómo adaptar tu estrategia de adopción
Zoomers: dales megáfono
No nombres champions desde arriba. Identifica a quienes ya usan la IA de forma intensiva (con datos de uso o encuestas anónimas) y dales visibilidad.
Concursos internos, newsletters con casos de uso reales o demos lideradas por empleados funcionan mejor que cualquier mensaje corporativo.
Bloomers: construye el camino
Este grupo necesita claridad. Bibliotecas de casos de uso por función, guías prácticas y ejemplos concretos.
"No lo que la IA puede hacer", sino "así cambia un día de trabajo concreto con IA".
Gloomers: demuestra con hechos
Empieza pequeño. Elige un piloto de alto impacto. Mide resultados de negocio. Comunícalos internamente.
Los datos locales convierten el escepticismo en apertura.
Doomers: escucha y co‑crea
Invítalos a participar en la definición de políticas, gobernanza y riesgos.
Darles un asiento en la mesa transforma la dinámica y fortalece la implementación.
Un último punto incómodo
La edad importa, pero no como suele pensarse. No son los más jóvenes quienes lideran la adopción.
Los millennials, especialmente entre 35 y 44 años, concentran altos niveles de competencia en IA y actúan como puente natural entre estrategia y ejecución.
Invertir en mandos intermedios con esta combinación multiplica el impacto.
Un mensaje no sirve para todos
La mayoría de empresas invierte en IA, pero muy pocas logran madurez real. La brecha no es tecnológica. Es de gestión del cambio.
Zoomers necesitan plataforma.
Bloomers necesitan estructura.
Gloomers necesitan evidencia.
Doomers necesitan ser escuchados.
Segmenta tu estrategia. Ajusta tu mensaje. Mide adopción real.
Porque el problema no es la resistencia.
Es que todavía no estás hablando en el idioma de cada grupo.
Referencias: